Limp Bizkit, ¿sigue apestando? Creemos que no 

Para una banda surgida en el marco del nü metal, aquel subgénero que añadió nuevos ritmos y melodías a un género otrora dominado por los riffs y ritmos a doble tempo, convertirse en tendencia de Twitter 26 años después de su gran esplendor, parece una auténtica proeza.

Y lo han hecho no una, ni dos, sino tres veces desde que se presentaron en Lollapalooza 2021 y Fred Durst, su frontman, saliera al escenario con un atuendo muy particular. En aquella tarde agosto, en Chicago, la banda originaria de Florida estrenó su sencillo “Dad Vibes”, su primero en más de una década. 

En aquella presentación, Durst pidió que levantaran las manos aquellos quienes no habían oído a Limp Bizkit nunca. El 70% de los asistentes lo hicieron, lo que me hizo pensar que no era pura y dura nostalgia lo que tenía a Limp Bizkit en la “zona cool” después de tantos años. 

El sonido que la banda acuñó es muy particular de un tiempo en la historia de la cultura masiva y la cultura pop contemporánea. Sin embargo, los factores que lo crearon y que lo llevaron a la cima en países sobre todo angloparlantes, han desaparecido. ¿Cómo ha hecho entonces la banda para cautivar nuevas audiencias en 2021? 

El día 31 de octubre lanzaron su nuevo material discográfico, Still sucks, que continúa el legado que la banda ha mantenido al pie del cañón durante más de 30 años. Compuesto por doce cortes, Still sucks es quizá la música más fresca y técnicamente más brillante desde la placa de 2005, The Unquestionable Truth

Al momento de lanzar el disco, las menciones de la banda en Twitter alcanzaron los millones, y no hicieron falta los memes y los haters que afirmaban que el título del disco le hacía total honor a su calidad sonora. Nosotros creemos que no están totalmente en lo cierto. 

Pues a pesar del tiempo andado y la casi entera transformación del panorama musical de hoy, han logrado dominar la conversación digital (que importa mucho hoy en día) y han entregado un disco fresco, lleno de potencia y agresión sónica, pero con una buena carga melódica que lo vuelve apto para un nuevo escucha en sus años de adolescencia.